Hasta hace solo una semana,
yo tenía las riendas de mi vida.
Sin embargo hoy y ahora,
soy un simple caballo desbocado,
galopando locamente,
entre tus prados de ignorancia.
La verdad es que me vuelves;
¡LOCA!
Me sacas de mis casillas,
y haces que una tremenda
impotencia recorra mi cuerpo.
Y salga a la luz
mediante dos lágrimas,
recorriendo mis mejillas hasta
desembocar en el simple suelo,
hasta acabar con mis recuerdos.
Ni te asombran,
de echo te alegras,
no te preocupa joderme la vida,
ni siquiera experimentas el remordimiento,
ni en broma sientes.
Te ríes, te hace feliz o te hace gracia,
que una chica, sufra, llore... muera
por tus gilipolleces de inmaduro malcriado.
Si me lo permites;
te daré un consejo:
-Crece, madura y si eso... luego hablamos;)
No hay comentarios:
Publicar un comentario