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lunes, 23 de junio de 2014

Esos días en los que no está nada mal derrochar unos de segundos de tu insignificante vida en reflexionar;
Reflexionar sobre tu existencia,
más concretamente sobre tu no-existencia.
Quizás cuando te vayas no te recuerden,
quizás no dejes nada tuyo,
quizás tu sufrimiento se desvanecerá en el aire,
quizás tus cenizas serán polvo y nada más.
No es solo un quizás,
es una gran realidad.
Sin embargo,
y solo es una conjetura de una cabeza pensante más,
somos tan egoístas que realmente llegamos a pensar
que seremos recordados,
que somos grandes e importantes
y por tanto, dejaremos huella en este mundo.
La realidad, es que dejamos una cicatriz,
la cual acaba sanándose y desapareciendo con el tiempo.
Convirtiéndose en polvo,
como tú lo hiciste.
Y todo lo que soñaste se esfumará como el humo.  

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