A todas esas personas
que siempre han estado en mi camino
pero que por un motivo u otro
por desgracia no están conmigo.
Estas
pequeñas letras van dirigidas a todas esas personas que forman parte de mí. Que
se encuentran en mi corazón, formándome como persona día a día.
Esas
personas que, por el destino no se encuentran a mi lado, no las puedo abrazar,
no las puedo besar, pero sin embargo las siento a mi lado a cada momento.
Apoyándome, y guiándome correctamente.
Hablo de
esas personas que se encuentran allá arriba, lejos de este mundo turbulento de
miedos y recuerdos.
Solo quería
mostrarle un poco más de mi. Puesto que, en ningún momento he sido consciente
de el daño que me hacia apartándolos de mis letras.
Me gustaría
poderlos tener a todos y cada uno de ellos frente a mí, que me apoyasen en esta
vida, que me aliviasen los problemas, y que hicieran de mi adolescencia una
etapa grata y para nada suprimible a lo largo de mi historia personal.
Jamás pude
decirles te quiero, creo que ni siquiera lo intenté, pero verdaderamente lo
hice, lo hago y lo seguiré haciendo.
Quisiera
tener una última oportunidad y darle la importancia que merecen, porque toda
persona por el simple echo de serlo, la tienen.
Sacar ese
valor, para decir que los amo, que gracias a ellos estoy aquí, haciéndome
grande como ser humano, como persona.
Poder oler
ese aroma tan agradable que los define a cada uno.
Ver su
rostro, ya cansado por los años vividos y luchados. Y a otros, conocerlos…
Porque aunque solo sepa su nombre y quizás su primer apellido, son parte de mi.
Muchas de
mis lágrimas derramadas están dedicadas a cada uno de ellos.
A los que
aún, quedan recuerdos agradables, y a los que, simplemente una fotografía me
emociona.
A él, que
siempre se acordaba que de pequeña le pedía gusanitos, y que aún escucho su voz
diciendo:
-‘’Tú te
acuerdas, cuando te compraba gusanitos’’.- ¡Claro que lo hacía! Aún lo sigo
haciendo, y siempre lo haré.
A él, que
por mi forma de ser, me rechazaba diciendo que era muy arisca… Siempre que
escucho esa palabra, recuerdo su rostro.
A ella, que
un pequeño recuerdo me queda, muy lindo, sentada en sus débiles piernas, en esa
silla de ruedas.
A ella,
que… por mi estupidez humana, me daba vergüenza, quizás miedo mirarla a la
cara… Pero que siento y sentía mucho más de lo nadie se imagina.
A esa
persona, gran hombre… Que le arrebataron la vida, en plena juventud. ¡¡Siempre
seré Pocahontas!!
A ella que,
aunque nunca pude conocerla, tengo un cariño especial. Quizás por todas esas
palabras buenas que me han dicho, o simplemente porque, aunque no estés a mi
lado, y yo no te pueda abrazar, estás ahí… Siempre lo has estado.
A todas y
cada una de las personas, que han luchado para ahora poder descansar.
A todos les
hago llegar desde aquí mi gran cariño y mis ganas, de que algún día pueda estar
a su lado, y decirle a todos y cada uno, que… Los quiero.
Que los
quiero más que a nada. Y eso, nunca cambiará.
Y por
último también quiero hacer referencia, a una gran mujer, una gran persona, que
aún está aquí.
Pero,
presiento, sintiéndolo mucho, que pronto nos abandonará.
Y, creo,
podría jurar, será la muerte más significativa de mi vida, junto a la mía.
Siempre
habrá un pedacito de ella en mí.
Me da miedo
que te vayas. Por eso, siempre quiero que estés en mí.
¡Gracias a
todos por estar ahí! Sé que estáis… Estoy segura.
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